Propuesta panameña salva a las ballenas
La propuesta de la República de Panamá para implementar cuatro dispositivos de separación del tráfico (DST) para los buques comerciales que entran y salen del Canal de Panamá y los puertos fue aprobada por unanimidad por la Organización Marítima Internacional el viernes 23 de mayo en Londres. En base a los estudios realizados por el ecólogo marino del Smithsonian Héctor Guzmán, las nuevas rutas de navegación están colocadas para minimizar la coincidencia entre la vía marítima y las rutas de migración de las ballenas jorobadas. También reducen la velocidad de los buques cuatro meses al año durante el pico de la temporada de hibernación de las ballenas.
Varias especies de cetáceos se desplazan a través de las aguas tropicales cerca de la entrada del Pacífico del Canal de Panamá en el Golfo de Panamá. Junto con el ecologista del Smithsonian Richard Condit, la pasante Betzi Pérez-Ortega y colegas de Whalesound Ltda. en Chile y el College of the Atlantic en Maine, Guzmán recientemente publicó nuevos resultados de seis temporadas en el Archipiélago de Las Perlas, basados en la identificación fotográfica de cerca de 300 ballenas jorobadas individuales, incluyendo 58 crías.
Se estima en más de mil ejemplares la población total que visita durante todo el año el área y coincide con individuos avistados en la Península Antártica, Chile y Colombia. Los investigadores han llegado a la conclusión de que el archipiélago, a sólo 60 kilómetros (40 millas) de la entrada del Pacífico del Canal, es un área importante de reproducción de las ballenas jorobadas del Hemisferio Sur.
Panamá es uno de los líderes en el comercio mundial, así como custodio de esta biodiversidad marina excepcional. Cerca de 17,000 buques mercantes cruzan el Golfo de Panamá cada año. Se espera que este número aumente significativamente cuando nuevas esclusas en construcción permitan que los "Post Panamax," buques mayores, transiten el Canal y entren a sus puertos.
Sobre la base de su análisis de las ballenas marcadas con transmisores satelitales, Guzmán estima que la nueva política reducirá las áreas potenciales de colisión entre buques y ballenas por noventa y tres por ciento y reducirá las interacciones entre buques y ballenas por un noventa y cinco por ciento en el Golfo de Panamá.
En el Pacífico, se espera que una serie de tres esquemas disminuya significativamente el potencial de colisiones de buques con navíos de pesca artesanal y de accidentes que provoquen contaminación que puedan afectar a siete áreas marinas protegidas, incluyendo santuarios de vida silvestre, un sitio de Patrimonio Mundial de la UNESCO y los humedales protegidos por el convenio internacional RAMSAR.
La Autoridad Marítima de Panamá (AMP) tomó la iniciativa, en base a los aportes del capitán Fernando Jaén de la Autoridad del Canal de Panamá y Jocelyne Anchor de la Cámara Marítima para definir la política y guiarla a través del proceso de aprobación.
"Este es un claro ejemplo de investigación del Smithsonian que marca la diferencia", comentó el Director Interino, William Wcislo. "Somos una organización de investigación, no una organización de conservación, pero nuestra investigación alimenta a esfuerzos conservacionistas para proteger los ecosistemas biológicamente ricos y vulnerables", agregó.
"Los resultados científicos impactan la conservación, pero para poner en práctica la política se necesita una gran cantidad de tiempo", comentó Guzmán. "Tenemos que ser pacientes y constantes. Se necesitaron dos años de trabajo en equipo para diseñar las políticas y lograr un consenso para los dispositivos de separación del tráfico para la protección de las ballenas. Ahora Panamá tiene seis meses para ponerlos en práctica y la industria marítima y tiene seis meses para cumplir".
Guzmán está trabajando con científicos y responsables políticos de Ecuador y Chile para salvaguardar el paso de las ballenas a lo largo de toda la costa de América del Sur y tiene previsto ampliar el proyecto a otros países de América del Sur y América Central.