National Geographic estrenará documental sobre El Caño de Coclé

21 de Junio de 2016 4:31pm
periodista
National Geographic estrenará documental sobre El Caño de Coclé

National Geographic planea el estreno para finales de 2016 del documental “El Dorado de Panamá, los guerreros de oro”, filme que muestra los descubrimientos más importantes durante las excavaciones  en El Caño, provincia de Coclé.

Producido por la productoras Jaguar Films,  Panamá,  Wanda Films, España,  la Fundación El Caño y con el patrocinio de la Autoridad de Turismo de Panamá (ATP) se prevé que cerca de 200 millones de personas vean este documental, que será  doblado a varios idiomas, entre ellos al chino mandarín.

El Caño, ubicado en el distrito de Natá, provincia de Coclé, a 460 metros de Río Grande, fue testigo hace más de mil años de los rituales ceremoniales funerarios de los jefes de la antigua sociedad de los coclé. Estos importantes señores, ataviados con ricos ajuares, eran enterrados con numerosas personas destinadas a morir para servirles de acompañamiento. 

La antropóloga panameña, Julia Mayo, oriunda de la provincia de Colón, con un doctorado en esta materia en la Universidad Complutense de Madrid, es la responsable de dirigir, junto a otros investigadores, las excavaciones que se vienen realizando en El Caño desde el año 2008.

Durante la remoción de los depósitos que sepultaron a las tumbas, fueron encontrados, además de restos óseos humanos, miles de artefactos de oro, cerámica, piedra, hueso  y  resina con que fueron ataviados o fueron ofrecidos de ofrenda, lo que demuestra que los antiguos coclé era una sociedad jerarquizada con poderosos líderes guerreros y artesanos que poseían unas impresionantes habilidades artísticas.

 El equipo de arqueólogos decidió empezar excavaciones en El Caño dado que “se estaba haciendo una mala interpretación del lugar. El sitio era visto como el centro ceremonial  del cementerio de Sitio Conte (localizado 2.5 km río abajo), interpretación a la que algunos llegaron aun no habiendo sido investigado en profundidad”, destacó la doctora Mayo.

 Agregó que “nuestras investigaciones pusieron en evidencia que en realidad El Caño y Sitio Conte eran dos cementerios de grupos coclé diferentes adscritos a una misma unidad política y que cada uno de estos cementerios tenía su propia área ceremonial con monolitos”. 

A juicio de la Antropóloga, el primer aporte importante de la investigación ha sido  descubrir que El Caño no era un centro ceremonial  sino un cementerio. ¿Por qué existían dos cementerios en la misma época?—“probablemente porque eran dos comunidades, quizás dos jefaturas diferentes pero dentro de una misma unidad política integradora”, aseguró.

Uno de los apartes más importantes de las investigaciones en El Caño tiene que ver con los rituales funerarios. Estos son ceremonias universales que tienen múltiples funciones. A través de los rituales funerarios se honra a la persona fallecida, se ayuda a su alma a trascender e incorporarse a una nueva realidad en la otra vida, explica la Dra Mayo.

Para la arqueóloga una de las características que hace de las tumbas de El Caño algo excepcional es que en ella no solamente se encuentran entierros sino también objetos usados en los rituales de preparación del cuerpo de los difuntos y otras ceremonias características de la fase de transición e incorporación al más allá del ritual funerario que permite conocer, por un lado, cómo era la sociedad coclé, pero también cuál era su concepción del “más allá", es decir, de aquel lugar al que viajaban las almas de los fallecidos. 

Explicó que en El Caño los jefes guerreros eran enterrados rodeados de guerreros de menor rango y los niños de alto estatus eran enterrados junto con al menos un acompañante de su mismo estatus y con guerreros, mujeres y niños de su misma edad.

Un descubrimiento importante con respecto a la manera en que se estructura esta sociedad es que a partir el año 900 d.C. los estatus sociales eran hereditarios y que el abandono de los cementerios de El Caño y Sitio Conte indica que a partir del año 1000 d.C. los jefes coclé pierden su poder y se producen cambios importantes en la forma en que el grupo empezó a organizarse y subsistir. 

Uno de los retos a partir de ahora para los arqueólogos,  es descubrir la extensión de la jefatura que integra a las comunidades enterradas en El Caño y Sitio Conte. “Nos esperan nuevos y apasionantes descubrimientos en El Caño. Un sitio del que los panameños debemos sentirnos especialmente orgullosos”, concluyó la Dra. Mayo.

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