De gastronomía, playas, montaña y fauna ticas (II parte)
Y para constatar que el vecino país está siempre innovando y promoviendo destinos y experiencias diferentes, el famtryp de los periodistas invitados por el Instituto Costarricense de Turismo incluyó la degustación de una espectacular vista nocturna de la ciudad de San José desde el Restaurante Riviera Market, en San Antonio de Belén, y al mismo tiempo la de un plato nuevo para muchos de los comensales: una deliciosa carne de res asada a la piedra volcánica. Desde allí nos despedimos de esta ciudad rodeada de volcanes y de su noche estrellada.
El día nos sorprendió rápidamente y partimos en un bus especial hacia las costas del Pacífico. A unas cuatro horas por carretera se encuentra la provincia de Guanacaste, cuyas playas son las que tienen el mejor desarrollo turístico del país. La zona corresponde al bosque tropical seco, uno de los últimos que quedan en el planeta, que mide aproximadamente 51 mil kilómetros cuadrados y es muy similar a Coronado en suelo, fauna y flora. Allí en Guanacaste vive y realiza trabajos de investigación, el astronauta tico Franklin Chan, que en este momento trabaja para la NASA en la primera nave interplanetaria de plasma.
Un desayuno a base de gallo pinto (mixtura típica de arroz, frijoles y especias), tortillas de maíz, queso blanco fresco, natilla y café, sirvió para reponer fuerzas a algo más de una hora de viaje desde San José, en la población de Orosi, en medio de un verde valle de Cartago. Cerca del mediodía habíamos llegado al Bella Vista Lodge & Adventure, ubicado en Guachipelín, Guanacaste. Uno de los varios establecimientos de serranía especializados en ecoturismo, la actividad estrella del país vecino.
Instalado en lo que fue una típica hacienda ganadera y rodeado de enormes ficus, mangos, cenízaros, entre otras especies, el lodge tiene 80 habitaciones, cómodas y de buen tamaño sin aire acondicionado, que por la noche no fue necesario. Allí se ha desarrollado un interesante programa de turismo de aventura y de educación ambiental. Se trata de una reserva de 2000 acres de los cuales 1400 están destinados a reforestación y los restantes 600 son utilizadas como tierra de pasto para ganado que provee al hotel con el 50% de la carne y leche. También allí se cultivan las frutas y verduras que se sirven a los huéspedes.
Entre los mayores atractivos del lodge está el circuito de canopy con asesoramiento de expertos, el recorrido por los puentes colgantes paralelos al cableado de canopy, el tobogán de agua de 425 metros de longitud, en medio del bosque y una relajante visita al spa y las piscinas de aguas termales que eliminan el barro mineral que existe en la zona y cualquier vestigio de cansancio después de llegar al lugar a lomo de caballo como por 40 minutos.
Allí, una rica fauna de la que forman parte monos aulladores, perezosos, iguanas, serpientes y diversas clases de aves, que ha sido conservada por los responsables del proyecto, puede ser observada realizando cualquiera de las actividades.
Dentro de las tareas de reciclaje y conservación del medioambiente, en un laboratorio que posee Buena Vista Lodge, personal especializado elabora el jabón de baño, de lavar y de fregar, que se utiliza a diario, a base del aceite empleado para elaborar los alimentos. Igualmente se reciclan botellas de vidrio para elaborar lámparas, vasos y otros utensilios, evitando así contaminar más el planeta y se está trabajando en la obtención de biogás utilizando los excrementos de ganado caballar y vacuno que existe en la finca.
Convencidos de que se puede hacer algo por nuestra casa, la tierra, e imbuidos por ese espíritu de conservación y protección que caracteriza al turismo tico, dijimos adiós una noche más, para pasar al día siguiente a la última parte del recorrido por Guanacaste.