Venezuela acogerá símbolos de la JMJ Panamá

19 de Octubre de 2018 5:56pm
periodista
 Cruz Peregrina y el Icono de María Salus Populi Romani,

La ciudad de Maracaibo, en Venezuela, acogerá del 15 al 20 de noviembre próximo la Cruz Peregrina y el Icono de María Salus Populi Romani, símbolos de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Panamá 2019, informaron fuentes oficiales.

“Esta llegada de los símbolos a nuestro país es un signo de comunión para todos los venezolanos (…) representa un momento de comunión para ambos países y entre los jóvenes del mundo que estarán en la JMJ Panamá 2019”, dijo el Padre Pedro Pablo Aguilar, Director de Medios de la Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV).

En diálogo con ACI Prensa, el sacerdote añadió que posiblemente cerca 300 jóvenes venezolanos participarán en la JMJ de enero, en la que estará presente el papa Francisco, Sumo Pontífice de la Iglesia católica.

“Se está haciendo un registro a nivel de la Conferencia Episcopal para ayudar con el requisito de la visa. Algunos participarán como Venezuela Peregrina”, que es una propuesta impulsada por la Pastoral Juvenil para ayudar económicamente a los jóvenes con menos recursos.

El P. Aguilar confirmó que los símbolos llegarán a Maracaibo, ciudad que será sede del Encuentro Nacional de Jóvenes 2021. Además, dijo que la visita coincidirá con la fiesta de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá el 18 de noviembre.

La peregrinación de la Cruz Peregrina y el Icono de María Salus Populi Romani, como preparación por la próxima Jornada Mundial de la Juventud, comenzó en agosto de 2017 en México. Desde entonces han recorrido varios países de Centroamérica y el Caribe como Cuba, Haití, República Dominicana, Puerto Rico, Guatemala, El Salvador, Honduras,

Nicaragua, Costa Rica y Estados Unidos, antes de regresar a Panamá el 29 de agosto pasado. De ahí, partieron hacia Venezuela.

La Cruz Peregrina mide 3.8 metros y fue entregada por primera vez a los jóvenes por el papa Juan Pablo II en 1984. El ícono de la Virgen y patrona de la JMJ fue entregado por el mismo Pontífice en el 2003.

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