Las maravillas marinas y silvestres del Archipiélago de Bocas del Toro
Casi en la frontera de Costa Rica se encuentra el auténtico paraíso caribeño. Un archipiélago salpicado de islas de manglares denominado Bocas del Toro. Sus habitantes se caracterizan por su amabilidad y por la sonrisa con que siempre reciben a los visitantes. El archipiélago ofrece multitud de tours y excursiones de un día; sin embargo, existen otras ofertas a las que pocos pueden llega.
Vivir tres o cinco o diez días en un barco, salir a mar abierto, acompañar a los delfines en su búsqueda de comida, capear los temporales… y por fin, llegar a un remoto paraíso, llamado Valle Azul o Bluefields, al que muy pocos tienen acceso. Tan solo es posible acceder por mar y al tener que salir a mar abierto no son muchas las embarcaciones que se lanzan a lo desconocido.
En Valle Azul el mundo se para. Silencio, paz y calma son solo algunas de las sensaciones que los visitantes experimentan. Playas de arena blanca desiertas, paseos por la selva, rutas de agua dulce que conducen a pequeños lagos donde refrescarse, indígenas que asoman sus cabezas para observar a los escasos visitantes que allí se acercan... en Valle Azul la aventura está garantizada.
Playas cristalinas
Un lugar remoto en el que apenas se puede conseguir víveres; por eso, la excursión a Bluefields es todavía más complicada, aunque nunca faltan langostas, pulpos, cangrejos, bananas o cacao que los propios habitantes de Valle Azul enseguida acuden a vender por unos pocos dólares.
No son muchos los que se lanzan mar abierto en cualquier epoca del año. Sin embargo, ”Marita”, uno de los mayores barcos a motor del archipiélago de Bocas del Toro, siempre está dispuesto para esa aventura.
A lo largo de sus 65 pies el turista puede disfrutar de numerosas comidades mientras se deja acariciar por el rumor de las olas. Dos habitaciones con cama doble, un cuarto con dos camas individuales, dos baños completos con agua caliente, una cocina equipada, un salón y diferentes espacios al aire libre permiten que el viajero pueda tanto disfrutar de su soledad como compartir momentos de ocio junto a sus companeros de viaje.
La fiesta siempre está garantizada. El ”Marita” tiene capacidad para que seis personas convivan cómodamente y puede, incluso, llegar a albergar a 8 viajeros.
A las comodidades del ”Marita” hay que añadir la hospitalidad de su capitán y su tripulación, siempre dispuestos a satisfacer los deseos de los viajeros por difíciles que puedan parecer. Chris, el capitán, habla siete idiomas (flamenco, francés, alemán, holandés, sueco, inglés y español), por lo que la comunicación siempre es fluida.
Por otro lado, los conocimientos de la tripulacion sobre Bocas del Toro y sus alrededores, tras más de cinco años en el archipiélago, permiten conocer tanto las costumbres de los bocatoreños como sus fobias, manías y supersticiones, que son muchas...
Siempre hay algo que hacer en Bocas, pero la falta de información hace que muchos turistas regresen a sus países de origen sin haber visto las auténticas maravillas del archipiélago. Por eso, contar con el apoyo de Chris y su tripulación es siempre un acierto y un viaje a Bluefields toda una experiencia inolvidable.
Y por si se lo está preguntando, no es necesario ser millonario para disfrutar de tres días en un yate. Los precios de Chris y su tripulación son muy asequibles. Oscilan entre los 500 y los mil dólares por día. El precio depende, básicamente, del combustible y de la comida y bebida que usted desee.
En cualquier caso, la tripulación del ”Marita” siempre está dispuesta a hacer un viaje a su medida en función de sus preferencias y deseos. Ese es el auténtico secreto de esta embarcación. ”Sus deseos son órdenes para mí” es una máxima para la tripulación del barco, una máxima que tan solo el mal tiempo o un fallo mecánico, muy poco usual, pueden romper.