Consumo de alcohol en Panamá
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), Panamá es el segundo país de Centroamérica que registra el mayor consumo de alcohol per cápita, y sin embargo carece de políticas públicas que le permitan contrarrestarlo.
El documento precisa que la ingestión anual estimada de alcohol per cápita entre la población mayor a los 15 años es de 11.2 litros en hombres, y de 4.7 litros en las mujeres.
Con respecto al consumo, el promedio mundial per cápita es de 9.6 litros en los hombres y 2.9 litros en las mujeres.
Carlos Smith, médico psiquiatra y responsable de la Sala de Tratamiento de Adicciones y Educación del Instituto Nacional de Salud Mental de Panamá (INSAM) , indicó que parte del problema radica en que no hay estadísticas nacionales respecto a la cantidad de personas que sufren de esta dependencia.
Según su criterio, los números sobre la enfermedad no son impactantes debido a que hay un sesgo en la información, se subestima el diagnóstico de alcoholismo o como sociedad se tienen estereotipos de qué es o cómo es una persona alcohólica.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) de la Contraloría General de la República en los últimos 10 años en Panamá se ha incrementando la producción de bebidas alcohólicas,
Juana Herrera, médica psiquiatra con especialización en adicciones, sugirió desarrollar programas preventivos desde el maternal.
“Desafortunadamente, en el país hemos aprendido que no hay fiesta sin alcohol; es decir, que el licor representa para la sociedad un vehículo de expresión de afecto y tenemos que modificar esa conducta a través de la educación”.
De acuerdo con Guillermo Rolla Pimentel, exministro de Salud, el alcoholismo es una “patología social” que afecta el comportamiento y las emociones de la persona que lo padece y su entorno, y agregó que si bien la creación de un impuesto económico sobre la venta y consumo de alcohol “es positiva, definitivamente no es lo fundamental”.
A juicio de Rolla Pimentel, lo que conduce a esta enfermedad son las frustraciones sociales como falta de trabajo, dinero o alimentación, problemas de violencia de cualquier tipo e inestabilidad familiar, convirtiendo al licor en un “paliativo psicológico negativo”.
José Luis Castillo, presidente de la comisión de Salud, Trabajo y Desarrollo Social de la Asamblea Nacional, coincidió con Rolla Pimentel y opinó que más allá de la creación de nuevos impuestos, lo que se requiere es profundizar en los valores familiares y campañas de prevención desde entidades como los ministerios de Salud, Desarrollo Social y Educación.
Con información de La Prensa:
http://www.prensa.com/sociedad/alcoholismo-consumo-adiccion_0_4420058064.html